martes, 23 de marzo de 2010
En medio del sopor y la desgracia, el día en que se velaba el cuerpo de Orlando Zapata Tamayo el cielo se abrió sobre el pueblo de Banes. No hizo más que caer la tarde y las nubes se acomodaron solitas para empapar el humilde barrio que está pegado al cementerio La Güira.
Un patakín (leyenda) de la religión Yoruba dice que los orichas le dejaron al hombre un regalo: la lluvia, la lluvia sobre los ojos. Es por eso que siempre llueve cuando alguien muere. Para mas de este hermoso tributo a Orlando Zapapa.........Cruzar la Alambrada
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