miércoles, 11 de marzo de 2009
Muchas veces sucede que la gente quiere un cambio y piensa que algo diferente a lo cotidiano, es lo que lograra mejorar la situación de un determinado país.
Los cambios pueden tener buen efecto pero muchas veces traen cosas peores, cuando se confía ciegamente en otro ser humano, que al final es simplemente eso-un ser humano-capaz de mucho bien, pero también de mucho mal.
Mi papa me contó una fabula que aprendió de pequeño en el colegio.
Se trataba de un país muy hermoso, lleno de colores donde vivían las ranas. La reina del país era también una rana. Su reino era pequeño y prospero, pero sus súbditos se habían aburrido de la rana, pues según ellos, ya no gobernaba bien y deseaban un cambio.
Un día vieron pasar un pájaro gigante y muy bonito, con un plumaje deslumbrante y quedaron encantados. La muchedumbre decidió que el hermoso pájaro seria su nuevo rey. Fue así que las ranas escogieron al nuevo rey que traería el cambio que tanto buscaban.
Al principio todo iba muy bien y las ilusas ranas vendieron su alma al despampanante pájaro. Al poco tiempo, como era su naturaleza de ave, el rey comenzó a comerse a las ranas que lo hicieron rey y de un día para otro, el sueño del populacho se volvió la peor pesadilla. El nuevo rey había cambiado el reino de las ranas y un día el paraíso que habían forjado dejo de existir.
3 comentarios:
Una metafora de la realidad cubana.
Saludos desde Londres.
Esopo me enseñó esa fabula.
Saludos para ti también. Como te fue en el viaje a Cuba?
Esta fabula tiene muy buena moraleja.
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